Una mierda, es lo que es.

Le quiero. Muchos opinan que el amor es fácil, o difícil, que es un estado transitorio de locura emocional por el que todos pasamos más de una vez en la vida. Todos se equivocan. Todo esto es una mierda, una mierda pintada de purpurina, puede tener un envoltorio atractivo, pero al fin y al cabo, es lo que es. 

Un día malo lo tiene cualquiera.

Me siento cansada. Estoy agotada. Mi cuerpo está dolorido, mi corazón no sirve  para nada, y estoy mentalmente hecha una mierda. Un año y medio así. Un año y medio lleno de lágrimas, lleno de dolor, de desengaños, de sufrimiento, de sobrecarga. Me encuentro mal, sin ganas de hacer nada, sin ganas de vivir. Cada día, los 525 que llevamos así. Estoy destrozada en todos los sentidos, me he ido consumiendo poco a poco, en silencio, sola. Ahora te miro, y eres feliz, estás con ella, la quieres, sois felices. No me gusta, tal vez no sea la adecuada, tal vez no deberías enamorarte de ella, tal vez seas tú el que se equivoca esta vez. Nunca has confiado en mí, no te das cuenta de que yo solamente quiero lo mejor para ti. Bebo para intentar olvidar, aunque sea por unas horas, toda la mierda que tengo encima. Soy joven, debería ser feliz, debería reírme de estupideces, debería hacer estupideces. Pero aquí estoy, que ya no sé cómo reaccionar, no sé qué decir, qué pensar. Día tras día, eres mi pensamiento, mi deseo más profundo, mi latido más sincero. Te veo y no puedo evitar sonreír, no quiero que nadie pregunte, no quiero dar lástima, ni que alguien se preocupe por mí. Pero por dentro no puedo más, estoy llegando a mis límites, hace tiempo que el vaso de derramó y perdí el único pedazo de mi corazón que seguía teniendo sentido. Ahora pocos motivos me atan a la realidad, me hacen seguir respirando. Nunca he estado así, ahora pienso en ti, pienso en ella, en vosotros, y no lloro. No puedo llorar, tengo que ser fuerte, hasta que no me queden más motivos, hasta que decida acabar con esto. Cada vez que oigo tu nombre, escucho tu voz, te veo. Cada vez que sé de tu existencia, mis pulmones se colapsan, no me dejan respirar, mi corazón se encoje, haciéndose cada vez más pequeño, más insignificante. Odio tener que mentir a la gente que quiero, pero no me gusta preocupar a los demás. Odio ver que eres feliz por ella, odio saber que nunca vas a estar conmigo. Sonrío, porque no me quedan muchas opciones, porque necesito un escudo mientras me derrumbo por dentro, porque no sé cómo recomponer mi corazón si le faltan piezas, porque prefiero un mundo ignorante.

No soy la típica princesa del cuento de hadas, la que va con un peinado muy aparatoso, con un vestido increíble y unos bonitos zapatos de tacon; La que tiene a un principe idealizado, que viste de azul, que es guapo, que siempre sonríe y está dispuesto a salvarla en cualquier momento, el que busca a su chica perfecta. Soy más bien una chica corriente, a la que le gusta llebar los jeans y las converse con cualquier sudadera, que se hace una coleta sencilla y que tropieza constantemente. a la que no la importa que la señalen con el dedo, y la que no se deja pisotear por nadie. Y mi principe, podría decirse que es verde, ya que los azules destiñen, que tiene una sonrisa perfecta, vive en una casa normal, tiene amigos normales y que antes de tener que salvarme, siempre está a mi lado para no dejarme tropezar, no dejarme caer. Nosé como se sentirán las princesas de los cuentos, pero yo soy feliz así, no me hace falta ninguna carroza que me llebe a un bonito palacio, ni al chico más guapo en kilómetros a la redonda. Porque nosotros nos reimos, lloramos, nos divertimos, y cada vez que le miro a los ojos, siento que ya lo tengo todo, que no necesito nada ni a nadie más. Que sé que somos perfectos cuando estamos juntos, y que podemos superar esos famosos tres metros sobre el cielo.

Somos jóvenes, Hagamos la noche nuestra, disfrutemos, bebamos hasta perder el sentido del equilibrio, bailemos hasta que no podamos movernos más. Fumémonos los problemas y pensemos que de noche, todo puede ocurrir. El mundo duerme mientras nosotros reimos, sueñan mientras nosotros lo hacemos realidad. No dejemos que el tiempo pase simplemente, formemos parte de él.